domingo, 4 de enero de 2009

0.5 ¿Qué comemos?

Como la de toda la zona, la gastronomía de Casarrubios del Monte se nutre de los productos que le facilita el entorno, es una gastronomía recia, fundamentada en la caza menor y las legumbres y hortalizas sagreñas.

Traemos aquí dos recetas propias no solo de Casarrubios, sino de toda la comarca:


PISTO MANCHEGO


Ingredientes (para 6 personas):

- 1 Kg. de tomates maduros - 2 Dl. de aceite

- 400 gr. de pimientos verdes

- 1 cucharada de azúcar

- 600 gr. de cebollas - Sal - 500 gr. de calabacines


 

Preparación:
Se pican los pimientos un rato antes de echarlos a la sartén.

Se pone el aceite en la sartén, cuando ya vaya estando el aceite tostado se echa el pimiento. Se sigue rehogando hasta que se vea que el pimiento ha bajado de volumen porque ya está casi frito.
Mientras se está friendo el pimiento se pelan y se pican los tomates. Se echan los tomates y se sigue haciendo todo junto despacio.
Hay que seguir picándolo todo con un cucharón despacio y contra las paredes de la sartén, hasta que el aceite va apareciendo por encima del pimiento y tomate, dejarlo más o menos tiempo al gusto. El auténtico pisto manchego es el que está bastante hecho porque además así aguanta mucho tiempo. Al pisto se le puede añadir carne de cordero frita o mesado de cerdo.


 

MIGAS

Satisfactor de barrigas,
de eficacia demostrada,
sobre la mesa no hay nada
como un buen plato de migas.
Viene de antiguo este plato
que, sin grandes pretensiones,
satisface las pasiones
de cualquier gourmet sensato.
Prepararlo es muy sencillo,
nada costoso de hacer,
saborearlo un placer
y no le exige al bolsillo.
Si disponen de pan duro
desmenúcenlo en trocitos
o córtenlo en cuadraditos
que así el éxito es seguro.
Pele tres dientes de ajo,
póngalos en el mortero,
y machaque lisonjero
aunque con buen desparpajo.
Añada sal evento,
póngale agua y revuelva
hasta que esta se disuelva
en el líquido elemento.
Vuelque las migas osado
en una cazuela al punto,
espolvoree pimentón,
riéguelas con el majado
y revuelva todo junto
poniendo gran atención
en hacer bien la jugada
y que queden bien caladas
Tápese la cacerola
con un paño humedecido

y deje todo tranquilo
que repose algunas horas,
o haga como hace mi hermana
desde hoy hasta mañana.
Ya han reposado ¡qué bien!
ponga aceite en la sartén
y cuatro dientes de ajo,
fríanse, y sin relajo,
vuélquense las migas, dentro,
el chorizo en rodajitas,
la panceta bien finita,
y fríase a fuego lento.
Revuélvase activamente
todo de forma concisa,
sin pausa pero sin prisa,
y el triunfo será evidente.
Ya, poco a poco irá viendo
que van tomando color,
y que le llega un olor
que el apetito va abriendo.
Usted siga removiendo,
para que queden bien sueltas
y doradas como un sol,
que este es un plato español,
y sobre todo andaluz,
que es sinónimo de luz,
y no hay que darle más vueltas.
Se puede freír aparte,
más panceta y más chorizo,
por si quiere algún rollizo
aumentar su baluarte.
Sólo queda degustar,
y aunque hay distintos modos,
el modo tradicional,

que era el que usaba mi abuela,
cucharada y paso atrás,
para que así puedan todos
acercarse a la cazuela
y de las migas gozar,
es al que más me acomodo.
Le hacen buena cobertura
a las migas que describo,
pues el fruto del olivo,
y si mucho se me apura
y no son muy señoritos
huevos o pimientos fritos.
Casan siempre bien las uvas,
en racimo, o pisadas
y en pitarras fermentadas,
también vale si es en cubas.
El color es lo de menos,
blanco, tinto, que más da,
se trata de acompañar
y lo que importa es el mosto,
mas no las coma en agosto
que es plato fuerte, de invierno,
y se puede ir al infierno
sin que pueda rechistar.
¡Ah! y si migas le sobraron
porque hizo un disparate,
no se aflija del derroche,
y en cuanto pase la noche,
haga un buen chocolate,
y sin miedo a lo que digan,
sírvalos de nuevo migas
y ponga de oro un broche
a sus dotes de cocina.

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